Aprender y cambiar desde la fuerza de las emociones

Aprender y cambiar son dos fortalezas del ser humano. Ambas nos ayudan a adaptarnos al entorno y a las circunstancias. Ahora bien, como todo en la vida requieren de esfuerzo y orientación.

 

El cambio y el aprendizaje deben estar guiados por un ¿para qué? dotado de sentido. Si no conocemos ese ¿para qué? de nuestras intenciones, no dudéis que el camino se hará largo. Dedicar parte de nuestro tiempo a explorar ese sentido es necesario y enriquecedor.  

 

Ese sentido es el impulso interior que mueve la vida. La fuerza invisible que activa las palancas que nos llenan de energía. Y la energía se nutre de emoción. La emoción es la fuerza de la vida.

 

Hoy, todos tenemos grandes mentes, todos sabemos cómo pensar con ellas. Somos capaces de racionalizar muchas cosas y de hacer muchas otras con la razón: pero ¿qué marca la diferencia  para que unos aprendamos y cambiemos y otros no?. La diferencia la marca la fuerza de la emoción.

 

De ahí, la importancia que en nuestros días está tomando la gestión emocional y el desarrollo de esas competencias que se dicen blandas, pero que son poderosas y marcan la diferencia. Os animamos a que iniciéis este camino de autoconocimiento y de relación con los demás para aprender a cambiar. 

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