
Una competencia emocional señalada por Goleman es: la adecuada valoración en sí mismo. Esta competencia emocional tiene que ver con conocer nuestros recursos, nuestras capacidades y nuestras limitaciones internas.
Las personas que trabajan esta competencia son conscientes de sus puntos fuertes y de sus debilidades. Reflexionan y son capaces de aprender de las experiencias tanto positivas como negativas (éxitos, logros, fracasos). Además, son sensibles al aprendizaje sincero desde la experiencia, a los nuevos puntos de vista, a la formación continua y al desarrollo de sí mismos. También, cuentan con un sentido del humor que les ayuda a tomar distancia de sí mismos.
Tener confianza en uno mismo consiste en tener una sensación muy clara de nuestro valor y de nuestras capacidades. Las personas así manifiestan confianza en sí mismas y poseen presencia. Pueden expresar puntos de vista impopulares y defender sin necesidad de apoyos de otras personas lo que consideran correctos. Estas personas son emprendedores/as y son capaces de asumir decisiones importantes a pesar de la incertidumbre y las presiones.
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